HISTORIA DE MOSQUERUELA

Declarada Conjunto Histórico Artístico en 1982, de sus calles salen al paso las murallas, las torres, portales y aleros, así como palacios de los siglos XVI y XVII orientados hacia el sur para aprovechar el calor al máximo. 

La villa de Mosqueruela presenta uno de los mejores ejemplos de trazado ortogonal medieval amurallado que se conserva en las serranías turolenses.

Se trata de una estructura basada en conocimientos filosóficos y humanísticos muy anteriores (Aristóteles) que comienza a aplicarse durante el siglo XIII en las denominadas pueblas tardías, siendo la zona levantina un lugar destacado.

Pero si el trazado es ejemplar, no lo es menos la evolución urbanística de la villa a lo largo del tiempo, con un desarrollo arquitectónico de gran calidad, cuyo recorrido arranca en la plaza Mayor.

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Localización: Mosqueruela está enclavada en la parte oriental de la provincia de Teruel, en la comarca de Gúdar-Javalambre, y limita con la provincia de Castellón.

Latitud: 40º 21’ 44”
Longitud: 0º 26’ 51”
Habitantes: 581 (2016)
Altitud: 1.472 metros sobre el nivel del mar.
Extensión: 264,96 kilómetros cuadrados.

Origen del nombre de Mosqueruela

No hay historia sin nombre. Sobre el origen del nombre de Mosqueruela se han hecho muchas cábalas, aunque todo apunta a que procede del término ‘mosquera’.

Una mosquera es un descansadero de ganado trashumante, un punto de parada para abrevar, refugiarse del calor y tomar aliento, localizado normalmente en un área arbolada, con agua y dentro del trazado de las vías pecuarias.

Todas estas condiciones se cumplen en la ubicación actual de la población. En una mosquera si algo abunda son las moscas. Moscas que, precisamente, estuvieron desde el inicio representadas en el escudo de la Villa.

Más de 750 años de historia

La villa de Mosqueruela fue fundada en 1265 por orden del rey Jaime I, a fueros y costumbres del poderoso Concejo de Teruel. Aunque ya antes existen referencias documentales: la Mosquerola (1203), la fuente de la Mosquerola (1204) y Castelli de la Moschorola (1208).

Mosqueruela consigue de inmediato un gran desarrollo. A lo largo del siglo XIII y primeras décadas del XIV, fue frecuente la presencia de la villa en la documentación de la Cancillería Real Aragonesa, debido principalmente a los conflictos de pastos que tuvo con la poderosa Casa de Ganaderos de Zaragoza. Pugnas que transitaron durante casi todo el siglo XIV, y entre las que destacan las generadas entre la sesma del campo de Monteagudo, a la que pertenecía Mosqueruela, y las villas levantinas de Castellón y Villarreal, y solían consistir en hechos, prendas, reprendas y agresiones de los habitantes de Mosqueruela a los ganados y pastores levantinos y sus consiguientes procesos judiciales. Esta serie de conflictos finalizó en 1390 con la sentencia arbitral de Villahermosa, que gestó las normas por las que iba a regirse la ganadería extensiva de cada región.

Durante estos siglos, el término municipal de Mosqueruela se va poblando de numerosas masadas y en 1333 se consigue la adhesión de los términos del Castillo del Mallo, tras una dura pugna con sus vecinos de Villafranca del Cid (Castellón). Mosqueruela va desarrollando una intensa actividad relacionada con la ganadería y el comercio de la lana.

Fue hacia finales del siglo XIV cuando estalla la guerra de los Pedros (1356-1369) con Castilla. Una pugna que resulta beneficiosa para Mosqueruela y sus vecinos, fieles al rey Pedro IV. No fue ocupada y como premio recibió la titulación de villa (1366) y el privilegio de celebrar ferias y mercados. Además la Comunidad de Teruel pasa a denominarse Comunidad de Teruel y Villa de Mosqueruela, siendo ésta cabecera de 65 aldeas dependientes. No hay que olvidar que la villa, desde este momento, tuvo jurisdicción civil y criminal propia. A lo largo de la historia formó parte de la red de aduanas del Reino y como villa de realengo tuvo representación en las Cortes.

Mosqueruela mantiene su importancia, a pesar de las crisis que sacudieron al territorio aragonés hacia la Edad Media, hasta el siglo XIX, cuando el proceso de desarrollo se trunca. Las guerras carlistas castigaron duramente su territorio y especialmente la crisis de la ganadería. Además la Guerra Civil de 1936 hace estragos en el patrimonio cultural de la villa, al tiempo que el maquis y la represión merman sus gentes, especialmente el numeroso grupo masovero.